En la actualidad los sujetos se ven expuestos, sobre todo en los grandes centros urbanos, a altos niveles de stress por el tipo de vida que desarrollan. La inmediatez se ha vuelto una característica de nuestra época y las exigencias que ello conlleva repercuten indefectiblemente en el cuerpo y la salud de las personas.

La “pastilla mágica”

En este marco  es necesario tener “algo” a mano que nos permita continuar con las obligaciones asumidas, por eso se vuelve recurrente el uso de “la pastilla mágica”,  generalmente psicofármacos, que termina ocultando las manifestaciones que el cuerpo realiza. La pastilla viene a cumplir una función compensatoria, ayuda a seguir cuando “yo solo/a no puedo”. De este modo se justifica para el rendimiento, pero también para bajar el ritmo, para recuperar fuerzas y continuar el circuito. Los medicamentos, junto a las sustancias psicoactivas, encarnan un ideal de la sociedad actual, en el sentido de que eliminan “rápidamente y sin esfuerzo” cualquier estado de displacer, o ayudan a mantener los estándares de rendimiento, de éxito dictados por la época y aplacan la palabra, la subjetividad humana. Los medios de comunicación juegan aquí un papel importante, no sólo por la publicidad directa de la industria farmacéutica, sino por su capacidad de generar necesidades en la población, e instalar patologías de época. 

Para poner en contexto el término medicalización tiene relación con la apropiación que hace la medicina de todo aquello que no es del orden exclusivamente médico o predominantemente médico. Se refiere a la posibilidad de transformar en “médico” lo que es del orden de lo social, económico o político como, por ejemplo, una situación de violencia social en la cual las personas que son objeto de la violencia son medicalizadas. 

 

Automedicación 

Cada vez son más las personas que recurren, por sus propios medios, a la toma de un medicamento con el objetivo de tratar un dolor o contrarrestar una molestia consumiendo psicofármacos sin tener un diagnostico medico que lo justifique. 

Los psicofármacos son medicamentos que actúan sobre la actividad mental y son capaces de modificar el psiquismo de las personas. Su uso racional implica la prescripción, control y seguimiento por parte de un profesional.

 

Prevenir las intoxicaciones domesticas

• No dejar los medicamentos y productos peligrosos al alcance de los niños
• No extraerlos de su envase original para que puedan ser identificados con facilidad los productos causantes de la intoxicación
• Siempre que se pueda se deben escoger envases con sistema de apertura de seguridad

 

Datos de Comercialización de psicofármacos en Argentina 

Ocho millones de argentinos recurren a psicofármacos para superar trastornos de ansiedad, insomnio, nerviosismo o estados depresivos. Este año, según cifras del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos, ya se prescribieron unos 12 millones de recetas y los especialistas advierten que cada vez más jóvenes recurren a su uso.

Según datos de la consultora especializada IMS Health, en la última década en Argentina, el clonazepam –una benzodiacepina que actúa sobre el sistema nervioso central y tiene efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos y miorrelajantes– creció 132%. “En 2004 se vendieron 194.895.219 unidades de comprimidos de este medicamento, mientras que en el último año la cifra es de 453.074.727. Argentina es uno de los países con mayor consumo de medicamentos por habitante con un promedio de más de 16 unidades anuales, cifra que solo es superada por Francia y España.

 

Estadísticas del consumo

A la hora de diferenciar el consumo de psicofármacos por género, según el Índice Nacional de Terapéuticas y Enfermedades elaborado por IMS Health, dentro de la categoría de los tranquilizantes, las mujeres consumen 68% mientras que los hombres, 32%. 

 

Este texto es sólo informativo. Ante cualquier duda consulte a su médico.

Fuente:

Ministerio de Salud de la Nación 

Informe Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (2012)